Verduras y niños


A partir de los seis meses de edad las verduras van a constituir una parte fundamental en la dieta de nuestro bebé, complementando de esta forma a la leche. Las verduras son hortalizas (plantas comestibles cultivadas en huertas) cuya parte comestible son los órganos verdes de la planta, que constituyen una parte básica y muy saludable de nuestra alimentación.

Verduras y niños

De las verduras y hortalizas se pueden consumir distintas partes como por ejemplo las hojas (acelgas), las raíces (zanahorias), los bulbos (cebollas), los tallos (puerros), los frutos (calabacines), los tubérculos (patatas), etc.

Las verduras son ingredientes básicos para que los niños consuman platos sanos y equilibrados y convine acostumbrarles a su sabor desde muy pequeños, tratando de no enmascararlo para que no tengan rechazo cuando sean más mayores. No obstante, la mayor parte de los niños rechazan las verduras, ya que les acostumbramos a sabores mucho más atrayentes alejándoles de los buenos hábitos alimentarios.

Las frutas y las verduras son alimentos que deben estar en las mesas de todos los hogares, guarderías y colegios diariamente, tanto si hay niños como si no los hay. Los expertos en nutrición recomiendan consumir al menos cinco raciones de frutas y verduras al día para seguir una dieta sana y equilibrada, ya que nos aportan agua, vitaminas, minerales, fibras y antioxidantes.

A qué edad y qué verduras pueden consumir los niños

Las verduras se deben introducir en la dieta del bebé en forma de papilla a partir de los seis meses de edad. Veamos a continuación qué verduras ir introduciendo en función de la edad del bebé:

  • A los 6 meses: tubérculos (patata y batata o boniato), semillas verdes de legumbres (guisantes, judías verdes), calabacín, puerro, calabaza, apio y brócoli.
  • A los 7 meses: zanahoria, tomate, coliflor y cebolla.
  • A los 12 meses: espinacas, col, remolacha, nabo, espárragos y acelgas.

Valor nutricional de las verduras

Tanto frutas como verduras, son alimentos que ayudan al crecimiento y desarrollo del organismo del niño. Las verduras aportan a los niños una gran cantidad de fibra vegetal, la cual beneficia al tránsito intestinal, así como diversas vitaminas (en su mayor parte A y C), minerales, potasio y oligoelementos. Además, tienen muy pocas calorías, lo cual contribuye a evitar problemas de obesidad infantil y un bajo contenido en proteínas, sodio y grasas. Es importante señalar que, por ser vegetales, no contienen colesterol.

Por todo esto, las verduras son un alimento muy saludable e indispensable en la dieta de los niños, ya que les ofrecen nutrientes que les protegen de enfermedades, como pueden ser la diabetes, el colesterol, los trastornos digestivos o incluso el cáncer, y que actúan como antioxidantes, haciendo que se mantengan en buen estado tejidos como la piel y las mucosas.

Algunas de las verduras más beneficiosas para la salud son:

Lechuga

Con propiedades laxantes y con muchas y diversas vitaminas como la A, la C, la B2 y la PP.

Tomate

Con propiedades antioxidantes, vitaminas (A y C) y minerales.

Zanahoria

Alimento muy completo en antioxidantes y una gran fuente de vitamina A.

Pimiento

Es un estimulante gástrico que ayuda a abrir el apetito, también ayuda en la lucha contra las infecciones y posee una gran cantidad de vitaminas A y C.

Pepino

Es muy diurético debido a su gran contenido en agua, lo que hace que ayude a prevenir la deshidratación en los meses estivales.

Cómo preparar las verduras para el bebé

Para bebés de a partir de 6 meses, las verduras se le deberán proporcionar siempre cocidas y en forma de puré, y a partir de los 9 meses deberemos dejar algunos pedazos sin triturar para que el niño comience a masticar y a probar nuevas texturas. Bajo ningún concepto se debe añadir sal a los purés hasta pasados los 12 meses, pero sí que se podrá añadir un poco de aceite de oliva para suavizar la papilla.

Antes de cocer las verduras, deberemos siempre pelarlas y lavarlas para eliminar sustancias y bacterias que puedan resultar nocivas para los bebés.

Una vez cocinada la papilla, podremos conservarla en la nevera hasta el día siguiente, o bien congelarla para consumirla más adelante.

Verduras camufladas para niños

Aunque seamos conscientes de la gran cantidad de beneficios que tanto las verduras como las frutas aportan a la salud de nuestros hijos, los niños, en general, suelen rechazarlas. Y es cuando surge la duda ¿cómo podemos hacer para que coman verduras? ¿es conveniente que las camuflemos para que las coman engañados? Sólo en caso extremo deberemos camuflar las verduras para que el niño las coma, ya que es muy bueno que se acostumbren a su sabor y textura. Veamos a continuación algunas formas de introducir la verdura en la dieta de los niños.

Para ello conviene comenzar cuanto antes, ofrecerles verduras y frutas desde muy pequeños y que ellos vean también cómo las comen sus padres, dando ejemplo. También deberemos ser muy perseverantes, es decir, puede que el niño las primeras veces se niegue a probar una determinada verdura, pero si perseveramos y no nos damos por vencidos, finalmente el niño acabará probándola y comiéndola.

A continuación ofrecemos algunos consejos para que los niños coman verduras y frutas sin necesidad de camuflarlas:

Ser perseverante en el intento

A los niños no siempre les va a gustar una verdura la primera vez que la prueban, así que debemos seguir intentándolo hasta que la acepten de forma natural y se acostumbren al sabor. No conviene forzarle, pero sí es bueno que al menos la prueben.

Dar ejemplo

Para los niños sus padres son sus referentes y les imitan en sus comportamientos. Por este motivo si queremos que los niños consuman frutas y verduras deberán vernos consumirlas a nosotros.

Que ellos elijan

Un truco que suele funcionar, consiste en que les preguntemos a la hora de comer o cenar qué verdura prefieren y darles un par de opciones, así el niño se siente escuchado y que su opinión cuenta. Además de esta forma aprendemos a reconocer cuáles son las verduras que más le gustan.

Utilizar nuestra imaginación

Por ejemplo presentando el plato de verdura de forma divertida, haciendo formas y figuras.

Añadir verduras a platos que al niño le gusten mucho

Como por ejemplo añadir fruta a un postre lácteo o verduras a su pasta favorita. Y si no funciona lo anterior podremos recurrir al menos recomendable camuflaje, como por ejemplo hacer croquetas de verduras, purés, verduras rebozadas, etc., existen todas las combinaciones que se nos ocurran.

Ofrecerles las verduras más dulces

Como maíz, zanahoria, guisantes y calabaza.

Que ellos sean los cocineros

Les divierte y entusiasma si les involucramos en la preparación de su comida, de esta forma si lo que toca es cocinar verduras se las comerán encantados porque las han preparado ellos mismos.

Pero también es importante que tengamos en cuenta cosas que no deberemos hacer nunca:

No llenar demasiado el plato de verdura

Para que el niño no se agobie, conviene por ejemplo ponerle las verduras de guarnición, que acompañen a alguna comida que les atraiga más y no llenar demasiado el plato de verduras.

No hay que obligar ni forzar a comerlas

Hay que respetar sus gustos y que el niño pueda elegir la verdura deseada siempre y cuando sea verdura.

Evitar los chantajes

Debemos que evitar los chantajes tanto positivos como negativos, en el caso de que se coma o no la verdura.

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